Como expresaba una resolución del Cabildo “ podían llevarse a cabo en extramuros” en la costa sur, “los días de fiesta, hasta la puesta del sol”. Incorporaron a su ceremonial elementos que habían apreciado en las festividades de Hábeas, en las proclamaciones regias y hasta en el desfile masónico de los ingleses con sus bandas, pendones y mandiles, cuya aparatosidad debió impresionar profundamente a los morenos de entonces.Se reunían en “canchas” al aire libre o en “salas” que se instalaban en fincas ruinosas alquiladas o cedidas en los suburbios, cuando las normativas les permitieron los festejos dentro de la ciudad. Los locales llamados tambos, eran adornados de acuerdo a la circunstancia y se concurriría con las prendas que los amos tenían en desuso; si más coloridas mejor. Había tres ambientes: la sala de los reyes, el oratorio con imágenes de San Benito o San Baltasar y la sala de “canyengue”. La vida de las salas fue genialmente reflejada en sus obras por el ensayista y pintor uruguayo, Dr. Pedro Figari. Se reunían por naciones: Gunga, Guanda, Congo, Banguela, etc., en la costa sur desde la batería de San Rafael hasta el Cubo del Sur, cuando no contaban con sala o cuando les resultaba pequeña, o bien para lucir sus actuaciones frente a sus amos, que concurrieron. Concurrirían con entusiasmo a presenciar el acontecimiento. La fiesta se realizaba en principio los días de Navidad, Año Nuevo y Reyes, donde el 6 de enero era el momento cuando la celebración llegaba a su mejor expresión. Incluso salían en cortejo a saludar a las autoridades religiosas en la Iglesia Matriz y al Gobernador en el Fuerte. Las naciones con el tiempo se fueron convirtiendo en comparsas y progresivamente se fueron incorporando al carnaval, haciéndolo oficialmente desde 1870, perdiéndose bastante del candombe original como danza.
COREOGRAFÍA DEL CANDOMBE. “La danza en su situación original presentaba una coreografía variada, iniciada por un cortejo, seguido de la formación de calles y ruedas y terminaba en un “entrevero”. Los bailarines componían parejas sueltas y sus pasos quedaban librados a la inventiva individual”. Se arrastraba mucho el pie, y no había saltos. Al candombe se le considera un producto de la aculturación, por la similitud de sus figuras con las de la contradanza europea.
LOS INSTRUMENTOS. La danza se acompañaba musicalmente por los tamboriles, pero también con otros elementos todos de percusión como la mazacalla, la marimba, la tacuara y las hueseras.Sobreviven los primeros que son de 4 tipos: el chico (soprano) de 65 cms. De altura por 16 cms. De boca, el repique (contralto) de 70 x 20, el piano (tenor) de 73 por 24 y el bombo (bajo) de 78 por 27 (aproximadamente). Es frecuente la ausencia del bombo en un conjunto de tamboriles; los repiques pueden ser 3, los pianos pueden ser 2; la comparsa puede multiplicar estos porcentajes. La frase rítmica consta de dos compases en 4/8, lo cual permite superponer tangos y milongas. El chico tiene rítmica fija, en tanto el repique es el más improvisador.
La lonja se percute con una mano y un palillo que lleva la otra, que puede batir tanto el parche como la madera produciéndose tres sonidos de timbre y altura distintos. Los tamboriles uruguayos son unimembranófonos y las disponibilidades del lugar y el sincretismo cultural indujeron a los negros a construirlos con duelas machimbradas de barricas de yerba, precintadas con flejes de hierro en diversas alturas. Este hecho debió determinar la forma abarrigada. El parche era antes siempre de cuero de vacuno y se templaba al calor de una fogata de diarios viejos. En la actualidad y con el uso de los tensores junto con aros de hierro o aluminio, hacen innecesario el tener que hacer fuego para templar la lonja. El tamboril se lleva suspendido en el hombro mediante una correa (talig) y se apoya sobre el muslo durante la marcha del instrumentista.
PERSONAJES. La modalidad actual del candombe está completamente adaptada al carnaval desde 1890, aunque perduran algunos personajes de las viejas “salas” metamorfoseados. El “escobillero” era antes el encargado de dirigir el ceremonial con un bastón de borlas; hoy lleva una escoba con la cual practica sus malabares. El “gramillero” representaba el brujo de la tribu, tenía su jerarquía. Por lo que vestía de sombrero de copa, levita, anteojos y barba blanca larga; bastón y valija yuyera, en una y otra mano. La “mama vieja” con un abanico en la derecha y una sombrilla en la izquierda, recargada de faldas y enaguas, coquetea con el gramillero. La vedette es un elemento recientemente transculturado. El tamborilero viste saco largo hasta la rodilla sin mangas, con volados. Alpargatas encintadas hasta la rodilla, camiseta blanca, bombachudo hasta la rodilla y sombrero de paja.
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