Sus obras reflejan las influencias de Herbert Spencer, John Stuart Mill y Henri Bergson, autores que le sirvieron de punto de partida para arribar a un sistema propio expuesto en el texto Lógica viva (1910), donde se propone enseñar a reconocer la confusión y el error, al tiempo que aspira a establecer una "psicológica". En Moral para intelectuales (1909) desarrolla una casuística laica, donde lo que importa es alcanzar un "estado de espíritu" apoyado en el "sentido común hiperlógico". Dentro de su amplia producción destacan, además, Los problemas de la libertad, Conocimiento y acción, Sobre feminismo y Fermentario.
martes, 23 de septiembre de 2008
DIA DEL PATRIMONIO / HOMENAJE A CARLOS VAZ FERREIRA
(Montevideo, 1872-1958) Escritor y pensador uruguayo, fue abogado de profesión, rector de la Universidad y decano de la Facultad de Humanidades. En 1897 obtuvo el primer premio en un concurso de libros de texto para Psicología. Seguidor de Rodó en su enfrentamiento al positivismo, elaboró una doctrina de socialismo atenuado e influyó poderosamente en la evolución pedagógica y cultural de su país. Aunque no escribió nada para la imprenta -sus libros son apuntes tomados por los alumnos durante sus cursos y conferencias, a los que dedicaba todo su tiempo-, su pensamiento fue considerado en la época como el único en toda Hispanoamérica que entraba de lleno dentro del territorio de la filosofía pura.
Sus obras reflejan las influencias de Herbert Spencer, John Stuart Mill y Henri Bergson, autores que le sirvieron de punto de partida para arribar a un sistema propio expuesto en el texto Lógica viva (1910), donde se propone enseñar a reconocer la confusión y el error, al tiempo que aspira a establecer una "psicológica". En Moral para intelectuales (1909) desarrolla una casuística laica, donde lo que importa es alcanzar un "estado de espíritu" apoyado en el "sentido común hiperlógico". Dentro de su amplia producción destacan, además, Los problemas de la libertad, Conocimiento y acción, Sobre feminismo y Fermentario.
Sus obras reflejan las influencias de Herbert Spencer, John Stuart Mill y Henri Bergson, autores que le sirvieron de punto de partida para arribar a un sistema propio expuesto en el texto Lógica viva (1910), donde se propone enseñar a reconocer la confusión y el error, al tiempo que aspira a establecer una "psicológica". En Moral para intelectuales (1909) desarrolla una casuística laica, donde lo que importa es alcanzar un "estado de espíritu" apoyado en el "sentido común hiperlógico". Dentro de su amplia producción destacan, además, Los problemas de la libertad, Conocimiento y acción, Sobre feminismo y Fermentario.
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