viernes, 16 de mayo de 2008

El cine y sus íconos - James Dean

Fue una ironía de la vida que James Dean, meses antes de morir en un accidente en la carretera, grabara una campaña de conciencia social para evitar los accidentes por exceso de velocidad. En el comercial mencionaba la frase: "Conduce con calma. La vida que salves puede ser la mía".

A los 24 años, su vida culminó en un trágico accidente. Su Porsche 550 Spyder (apodado Little Bastard, que compró para participar en carreras) terminó bajo el chasis de un Ford Custom Tudor modelo 1950 conducido por Donald Turnupseed, que venía en dirección opuesta. Dean era acompañado por su mecánico Rolf Weutherich, quien sobrevivió a la colisión.

Amante de los excesos.

El mítico actor de Hollywood era un amante de la velocidad y los excesos. Incluso le fue prohibida su participación en cualquier competencia de velocidad mientras filmaba su última película, Gigante , de George Stevens.
Algunos críticos llegaron a comentar que James Dean "quería probar y experimentar con todo; hubo drogas, mujeres y hombres en su vida". Incluso, una de las leyendas en torno a su muerte sugiere que salió velozmente de una fiesta en la casa de su amiga y compañera Elizabeth Taylor, presa de la furia al ver a uno de sus amantes, un conocido productor de Hollywood, con otro hombre, aunque también se afirma que en realidad el amor de su vida fue la actriz italiana Anna María Pierangeli.

La soledad lo abrumó.

Los historiadores y amigos de James Dean atribuyeron su alocada carrera de vida a la soledad que lo abrumaba, su desarrollo con la ausencia de la figura materna (su madre murió víctima de cáncer cuando tenía nueve años) y el resentimiento contra su padre, quien lo envió a vivir con sus tíos y al que no vio durante 10 años. Además, vivía acomplejado por dos fantasmas: ser miope y tener baja estatura.

Sus frustraciones las canalizó a través de diversas obras de teatro en su etapa escolar, incluso intentó estudiar Derecho, pero abandonó sus estudios para dedicarse a la actuación. Su primer trabajo fue un comercial de televisión para un refresco de cola, con el que consiguió unos cuantos dólares y un desayuno. Poco material de sus incursiones televisivas se conservó, en vista de que en ese tiempo se trataba de transmisiones en vivo.

James Dean construyó su personaje con atuendos que denotaban su condición campesina, pantalones vaqueros y botas, además de camperas de cuero y playeras blancas, la imagen del obrero urbano. Su atuendo desenfadado y su actitud en contra de las reglas impuestas por los adultos lo hicieron identificarse con un público joven, ávido de tener un ejemplo a seguir fuera de sus casas.

La fantasía del cine transformó a James Dean en un héroe de culto juvenil por sus personajes de hombre difícil, confundido y sensible que tiene que hacerse camino en la edad adulta sobreponiéndose a la figura opresiva de los padres y la fría indeferencia de la sociedad.

El director de cine francés Philipe Labró trazó la esencia de su personaje en una declaración: "Todos lo reclaman: los homosexuales, los beatniks , los intelectuales, los choferes de camiones, las ancianas, las niñas de 14 años, los adolescentes del campo y la ciudad y los que se asolean en las playas de California. Él pertenecía a todos, eso quiere decir que no pertenecía a nadie."

1 comentario:

BUDOKAN dijo...

Un enorme actor de cine que lamentablemente nos regaló pocas películas. Saludos!