martes, 4 de noviembre de 2008

Candombe, Chica y Bámbula (1ra. Parte)

Desaparecidas hoy en nuestro país las danzas y ceremonias afro-uruguayas, resulta realmente difícil reconstruir sobre la base de incompletos documentos históricos sus características privativas. No obstante, cabe hacer una advertencia importante al respecto: la palabra candombe es genérica en nuestro medio de todo baile negro, como antiguamente se aplicó el termino de tango y en sus postrimerías de zamba. Pero dentro de esas acepciones de especie, viven dos suertes de danzas completamente diferenciadas; la una sería la danza de pareja suelta de conjunto que un cronista de 1857 llama la "chica"; la otra, una especie de danza guerrera que d'Orbigny vio bailar en la antigua Plaza del Mercado y que lleva al parecer el nombre de "bámbula". El candombe, además de ser sinónimo de danza negra en general, sirvió en particular para designar a la primera de éstas: a la chica. Quizás la bámbula, desaparecida ya a mediados del siglo XIX, fue el verdadero recuerdo de la danza africana como que era típicamente una danza colectiva en la cual el concepto de la pareja no estaba presente. Las ceremonia coreográficas del esclavo o del liberto en el Uruguay tenían lugar en el Montevideo de la primera mitad del siglo XIX, en las salas de baile que ya existían en 1807 y en dos lugares públicos: en la antigua Plaza del Mercado que se hallaba ubicada en Sarandí y Mercadito Viejo, y en el Recinto próximo al Cubo del Sur.Entre las más curiosas referencia de los viajeros y memorialista del siglo XIX, queremos destacar hoy aquellas que traen detalles precisos del sentido expresivo y de la coreografía de estás danzas afro-uruguayas.

Sàint-Hilaire describe las danzas negras de 1820
El 1º de noviembre de 182O, hallándose de paso por Montevideo, el distinguido viajero francés Augusto Sáint-Hilaire alcanza a ver una danza de los negros que describe con estas palabras: "paseándome por la ciudad llegué a una pequeña plaza donde danzaban varios grupos de negros. Movimientos violentos, actitudes innobles, contorsiones horrorosa, constituían los bailes de estos africanos a los que se entregaban apasionadamente con una especie de furor. Realmente, cuando danzan se olvidan de sí mismos" ("Voyage a Rio Grande do Sur", página 182. Orléans, 1827).

La fiesta negra del Día de Reyes de 1827
Siete años más tarde en la festividad de los Reyes Magos, el 6 de enero de 1827, día oficial de los candombes guerreros, Alcides d'Orbigny vio bailar esta danza en la antigua Plaza del Mercado y anotó esta emocionada interpretación "El 6 de enero, día de los reyes, ceremonias extrañas atrajeron nuestra atención. Todos los negros nacidos en la costa de Africa se reunieron por tribus, cada una eligiendo en su seno un rey y una reina. Disfrazados de la manera más original, con los trajes más brillantes que pudieron encontrar, precedidos por los vasallos de sus tribus respectivas, estas majestades por un día se dirigieron primero a misa y luego pasearon por la ciudad; y así reunidos por fin en la pequeña plaza del mercado, todos ejecutaron allí, cada cual a su modo, una danza característica de su nación. Vi sucederse rápidamente danzas guerreras, simulacros de labores agrícolas y figuraciones las más lascivas. Allí, más de seiscientos negros parecían haber reconquistado en un instante su nacionalidad en el seno de una patria imaginaria, cuyo solo recuerdo, entregados a estas ruidosas saturnales, les hacía olvidar en un solo día de placer, las privaciones y los dolores de largos años de esclavitud". ("Voyage dans l'Amérique Méridionale", tomo 1. pág. 58. Paris, 1835).A este tipo de candombe guerrero, el cronista del "Comercio del Plata" de 1857 le llama "Bámbula", en la referencia que se estampa más adelante. Ildefonso Pereda Valdés fue el primero en identificar ambas expresiones.

El folklore musical uruguayo - Lauro Ayestarán /Bolsilibros Arca - Montevideo 1967 /Foto Flickr - Botita21

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